"Actuar sin pensar es como disparar sin apuntar".
Forbes
Cuántas veces hemos cometido un error al hablar o realizar algo sin antes pensar en lo que íbamos a hacer? Quizas llevados por el momento, por la indignación, coraje, amor, pena, etc...siempre nos dejamos arrastrás por nuestras emociones y solemos cometer equivocaciones en nuestras relaciones con los demás, que ha veces se nos mal interpreta pudiendo provocar en ocasiones rompimientos irreversibles.

Cuanto he tenido que luchar para controlarme, cuántos tropiezos he experimentado en donde "el tiro salió por la culata" y quedé mal parado ante los demás. Es dificil, pero no imposible, se puede lograr mucho intentándolo.
Nuestro deber es razonar, para saber si es mejor callar, antes de hablar. Incluso, muchas veces la ausencia de palabras deja más sentido a la conversación, utilizando la prudencia ante la discusión, valorando el verdadero poder de la elocuencia, pudiendo estar más abiertos con la mente y el corazón, a conocer lo que otros cavilan, mientras se usa la reflexión.
Manifestemos los aspectos positivos de los demás y de todo lo que nos rodea, evitando cuestionar con facilidad, haciendo comentarios destructivos e hirientes. La comunicación no es nada fácil, porque en el mismo momento en el que se da una información, fácilmente se puede tergiversar el mensaje, según la imagen auditiva que tengamos, por eso respiremos profundo antes de hablar, para no opinar sin conocimiento, porque el poder de la palabra trabaja desde nuestro cerebro, generando un mundo interno de acuerdo a como nosotros lo formemos.
Construyamos el vínculo de nuestra comunicación, pensemos antes de arrepentirnos...
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