PREVENIR MEJOR QUE CURAR

sábado, 30 de octubre de 2010

Las Mujeres del otro día

Uno de los beneficios de tener una relación de años es que tienes a tu lado a alguien con quien tienes sexo regularmente. Para nosotros, los hombres, sobre todo, es ésta una parte muy importante del compromiso hacia la otra persona. No obstante, es precisamente cuando comienzas a esperar sexo frecuente por parte de tu novia o esposa que ella comienza a usar esta presunción en tu contra. Algunas mujeres tienen el hábito de negar el sexo a sus compañeros mientras que otras lo hacen únicamente bajo circunstancias muy específicas.Según los expertos en la materia -profesionales y empíricos- existen tres tipos de mujer para el sexo: las que lo hacen a tu ritmo (osea las que te aman, te temen o quieren algo de ti, cada vez que quieres aunque no lo deseen); las que van a tu ritmo y lo disfrutan; y por último, las que hacen contigo lo que quieren y sexo cuando les plasca.

Suena catastrófico, verdad? Para cualquier hombre es intimidante conocer al tipo 3 de mujer cuando se trata de "intimar". Las FÉMINAS DEL "OTRO DÍA MI AMOR", les importa un rábano que sus amantes las deseen en la mayoría de los casos -y si algo les incumbe es solo para mejorar su autoestima- A ellas les llega la erección y no son capaces de tener sexo oral con su pareja, solo para sorprenderlo o después de unos tragos o de alguna reunión. Para nada se inmutan con las reiteradas peticiones, concesiones y demás humillaciones que el impaciente varón tiene que batallar.

Esta raza de mujer, que más parece de otro planeta que del nuestro, son a veces las más bellas y apetecibles -y muchas de ellas "juegan" a ser las "ladies" y se esfuerzan con verse cada día mejor y paran horas en el gimnasio, en el spa o en la peluquería...para quién? quién sabe señor...! ¿No supone que estos "arreglos, afinamientos, rectificaciones, planchados y maquillajes" son para su "mariachi"?. Inclusive algunas de ellas, llegan al extremo de la provocación y se comportan como "verdaderas jugadoras" sin serlo y un número reducido se desenvuelve coqueteando con el límite de la homosexualidad, convirtiéndose muchas veces en "chicas bordeline". Aquí, si les importa ser deseadas pero nada más. Si son solteras, viven para el trabajo, por su carrera, por su status, son independientes y lo hacen con quién quiera y cuando quieren. Y si son casadas, los hijos son las más grande de sus disculpas, viviendo solo para ellos y por ellos.

Este tipo de mujer no tiene porque inventar los tradicionales "dolores de cabeza", "estoy cansada mi amor". Ella solo te dice "ahora no" y punto. Es la que se siente el centro del mundo y te hace sentir como Quasimodo, el personaje del Jorabado de Notre Dame. Es que existen hombres que fieles al castigo, siguen su juego y que cada día los hacen unos seres miserables que tienen humillarse al extremo de pedir un poco de amor y cariño.

Puede quererte, hasta amarte si quieres, hasta prepararte la cena de tu sueño y preocuparse para que luscas pintón, pero a la hora de la hora, en cuestiones en donde el sexo está presente...nada de nada...inclusive las caricias y juegos previos, ya que son el preámbulo a lo que quieren evitar. Un poco más de honestidad debe de existir, vivir así debe ser un calvario. La psicóloga chilena Nerea de Ugarte piensa que existe un desequilibrio psicológico en esta categoría de mujeres, una sublimación de lo sexual hacia otra actividad, o sencillamente juegan a ser las dominadoras y las que manejan la situación.

Si se ama a este tipo de mujer y queremos recuperarla para nosotros sin importarnos cuanto tiempo lleve, entonces TENEMOS QUE SER PACIENTES. Ellas pueden ser muy encantadoras, pero hay que entenderlas y aprovechar sus momentos para actuar de la mejor manera; capaz piden más de ti, algo nuevo o desean una "reconquista". Actuemos con prudencia y no con desesperación, cuesta mucho, pero creo que la inteligencia y de mucha tranquilidad -aunque cueste- resolverán el problema.

Otro comportamiento apropiado del varon sería NO INTENTAR DOMINARLA. No la puedes cambiar de la noche a la mañana. Si por ahí alguien te aconseja que seas mas fuerte, que te comportes como un macho y que siente tu carácter fuerte, mejor no hacer caso, ya que de esa manera no vas a poder revertir la situación. A este tipo de mujer no la podrás dominar, a menos que ella lo quiera y que con tu desenvolvimiento, la hagas "comer de tu mano". Cada encuentro sexual deberá de ser nuevo, sin precipitaciones y lleno de detalles que ellas suelen anhelar. Lamentablemente el hombre no "habla" el mismo lenguaje que el de la mujer a la hora del sexo. Nosotros "salimos en primera" y no paramos hasta "vaciar el tanque"; ellas "calientan bien su motor" antes de la carrera, y van haciendo los cambios de velocidades de menos a más. Es como correr una maratón a paso moderado y no pretender realizar una carrera de 100 metros planos y subirse inmediatamente al podio de los ganadores. Así no es estimados amigos.. Cuando realicemos una faena hagámosla de la mejor manera, no pensando solo en nosotros. Esa "angustia" -o deseo- por lo bien hecho es la que mantiene viva la llama del amor y del deseo. No matemos la pasión con la rutina. No es cuestión de "hacerlo" todos los días y decir que me va de maravillas con mi pareja, acuérdate que ella puede estar actuando, ¿cómo saber si sus "emociones" son autenticas? Piénsalo.

Y por último no lamentemos esta situación. Si la elegimos como nuestra pareja, luchemos para que nos lo sea en todo. Con ternura, cuando sea conveniente, o con energía y pasión cuando se dé. Ellas son así de impredecibles, son sofisticadas -más no complicadas- son muy complejas y no pretendas entenderlas ni convencerlas, solo ámalas. Son diferentes, son el complemento, y evitemos caer en lo mismo.

Sin embargo, si ya lo intentamos y vamos perdiendo la paciencia, el amor o simplemente las ganas de batallar y crees que ya lo distes todo, entonces piensa maliciosamente. Es una posibilidad que ella te esté desechando de su vida sexual porque tiene interés en otro hombre. Bueno, en este caso podríamos decir que tienes mayores problemas que falta de sexo en la relación. Si sospechas que ella te está engañando (y deberías tener otros motivos aparte de la declinación de tu rutina sexual), hazle saber tus sospechas y escucha su explicación. Si descubres que te está engañando, deberás decidir si quieres intentar solucionar las cosas o dar vuelta de página, cierra tu libro y ponlo en la "gran biblioteca" de tu pasado e iniciar un nuevo capítulo en tu vida.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Comunicación bajo el mismo techo

La mayoría de nosotros está involucrado con alguien y muchos comparte un techo. Digo esto para no decir "casados" que no suena tan bien que digamos. Simplemente, vivir con alguien bajo el mismo techo, sean casados, convivientes o pareja del momento; todos con hijos o sin ellos. Eso no es tan importante para lo que quiero transmitir ahora, en el compartir con el ser amado nuestras vidas.

En el amor no hay recetas, ni claves, ni mucho menos libros en donde uno puede encontrar la solución a los pequeños y grandes inconvenientes que provoca el estar viviendo juntos. El "juntarse" demanda muchas cosas, entre ellas dejar de lado los egoísmos. No es tan cierto que cuando uno "se junta" forma un solo ser y no dos. Creo yo que son dos seres, con sus virtudes y defectos que entablan una "negociación" donde se concilia y se realizan un sinnúmero de actividades de diversos tipos, algunas placenteras y otras no tanto.

Este artículo, es tan solo una reflexión muy propia de lo que significa el convivir con alguien que no creció contigo y que nunca terminas por conocer. Es cierto el dicho que reza "A la mujer no hay que entenderla, sino amarla..." ya que que amar lo engloba todo. Cuando dejamos de amar es cuando vienen los problemas.

Aspirar a la tranquilidad cuando decides involucrarte en el amor puede ser algo utópico. Pero no se trata de pensar en las relaciones de pareja como un asunto conflictivo, pero elegir compartir una vida con otra persona trae, muchas veces, innumerables problemas que hay que saber enfrentar.

Uno de esos conflictos que pueden minar el amor es la clásica falta de comunicación, que va desde el carácter de mudo de él o ella, hasta asumir que el otro cree, piensa o siente determinadas cosas –un ejemplo: “anda molesto conmigo, por eso no me habla”–. La pareja que ha llegado a este problema es porque no ha sabido arreglarlo por sí misma, sostiene la psicóloga clínica Taly Mekler.

No podemos "suponer" todo, una acción, un gesto de la pareja, puede significar una cosa muy diferente a lo que podemos imaginar o sospechar.“Cuando uno escoge a una pareja, se debe permitir ser sincero y abandonar los temores y paranoias, dejar de lado esa idea de “qué dirá mi pareja si le digo esto o lo otro’, porque esta es una manera de promover la distancia y lejanía con respecto del otro”, opina Mekler. En lo refrente al sexo, de igual forma, tenemos que tener una fluída comunicación ya que podemos ir sin querer al otro extremo de los gustos de nuestra pareja. Lo que a nosotros los varones puede significar placer o excitación, puede ser no tanto para ellas. La especialista en terapia sexual y de parejas señala que son las mujeres las que suelen decir las cosas claramente, mientras que ellos prefieren evitar los problemas con el silencio. Entonces, la solución pasa por abrirse a la otra persona y hablar sin miedo.
Que quede claro que nadie es el "inventor de la pólvora" y "al mejor cazador se le puede escapar la liebre". Si tenemos una minusválida comunicación o experimentamos una "verbalis interruptus", con un poco de voluntad y sentido común -y sobre todo- con mucho amor, las cosas con ellas (ellos) pueden mejorar.
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